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Preocuparse por lo que se debe comer o no sobre una base diaria es una tarea sencilla para muchas personas. Pero para los canadienses que sufren de trastornos de alimentación, puede ser un campo minado. Aún más difícil es recibir una atención adecuada para enfermedades relacionadas con la alimentación. Y a una mujer de Terranova que sufre de anorexia se le negó prácticamente la opción de recibir un tratamiento.

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En los trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia, la búsqueda del peso ideal es el elemento disparador de problemas más profundos.Tammy Ralph, de 37 años lucha contra la anorexia desde que tenía 16.

Ralph cuenta que su esposa estuvo en el Western Memorial Hospital en Corner Brook durante siete semanas, cuando se le dio la posibilidad de elegir su cuidado de salud.

Su familia dijo que el personal desconectó el tubo de alimentación. Y la animaban para que ingiriera comida. Su marido Ken Ralph dice que no funcionó:

“Ella comenzó a perder peso otra vez y su corazón y la presión arterial se dispararon.”

Ken Ralph dice que su esposa pasado a través de varios programas para combatir la anorexia, pero aún tiene la esperanza de que va a mejorar. Fue entonces cuando Ken Ralph dice que el personal le dio un ultimátum sombrío.

“Nos dijeron: tiene que ir a otro lugar para recibir tratamiento, no sabemos dónde ni cuándo será el tratamiento. La otra opción es recortar todos los servicios a nivel paliativo, y se le dará analgésicos y nosotros dijimos que no, que esa no es una opción».

Patricia Nash es una consejera en trastornos alimentarios en San Juan.

Su primer contacto con la anorexia vino de su propia hija:

“Estábamos viviendo fuera de San Juan en el momento en que ella se enfermó a los 14 años de edad, y fue hospitalizada durante 3½ meses en ese momento.”

La hija de Nash es parte del cuarenta por ciento de los que reciben tratamiento con éxito.

Otro 40% por ciento eventualmente recae y un estimado de 20% por ciento se suicida.

Nash dice que el tratamiento es complicado debido al número de profesionales de la salud involucrados, y a la duración del tratamiento:

“Es una enfermedad mental y una muy grave enfermedad física que tiene una tasa de mortalidad más alta que cualquier otra enfermedad mental.”

No hay centros residenciales de tratamiento para trastornos de la alimentación en las provincias del Atlántico canadiense.

En otras partes de Canadá, el acceso es limitado:

Jennifer Doucette es una madre de dos niños en Columbia Británica que inició una campaña en línea el mes pasado para recaudar dinero para poder entrar en un centro de tratamiento privado por su anorexia.

“¿Alguna vez le han dicho que podría tener un ataque al corazón en cualquier momento? ¿Le han dicho alguna vez que sus órganos pueden fallar? Ruego que no.”

Doucette ha recaudado 20 por ciento del dinero que necesita para entrar en un programa de tratamiento de 11 semanas.

Una consejería prolongada es lo que salvó a su hija dice Patricia Nash.

Un tratamiento cotidiano está disponible en San Juan, pero restringido a aquellos que pueden asistir.

No perder la esperanza

Según Ralph, la anorexia nerviosa es un trastorno que él mismo no entendía plenamente cuando se casó, y que es importante educar a la gente acerca de lo que sienten las personas con trastornos de la alimentación y sobre la mejor manera de ayudarlos.

“Creo que yo mismo pensaba: ‘Bueno, supongo que si ella está en una relación estable con alguien que la amaba las cosas iban a estar bien. Pero no se trata de eso. Se trata de una enfermedad”.

A pesar de que su esposa ha seguido una serie de programas en el pasado, Ralph dijo que no pierde la esperanza de que sea capaz de luchar contra la enfermedad que le está afectando la mayor parte de su vida.

Ralph añadió que él no sabe el peso actual de su esposa – ya que el personal que ejecuta el programa no le da esa información mientras está en tratamiento. Pero ella pesaba 95 libras a su ingreso al Corner Brook en diciembre.

En los trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia, la búsqueda del peso ideal es el elemento disparador de problemas más profundos.

Algo para meditar, en la Semana Nacional de Concientización sobre Trastornos de la alimentación que va hasta el 7 de febrero.

Fuente : Radio Canadá

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